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  1. Los meniscos, del griego mêniskos (luna creciente), son dos estructuras intraarticulares de la rodilla, fundamentales para la correcta función y mantenimiento de la misma. Incrementan la estabilidad articular, distribuyen la carga axial, absorben impactos y parecen colaborar también en la lubricación y nutrición articular.

  2. ANATOMÍA. Son estructuras fibrocartilaginosas, con forma de media luna que actúan acentuando la pro-fundidad de las superficies articulares de la tibia para recibir a los cóndilos humerales. Composición. El tejido meniscal está compuesto por 72% agua, 22% colágeno, 0,8% glucosaminoglicanos(2).

  3. INTRODUCCIÓN. La lesión meniscal supone una patología frecuente en la rodilla. Su lesión puede limitar la actividad física y condicionar un deterioro artrósico precoz. Es de gran importancia el diagnóstico mediante la historia clínica, exploración y las técnicas de imagen, para permitir seleccionar el tratamiento adecuado a cada tipo de lesión.

  4. Describir el menisco como una unidad fun-cional en la rodilla. Analizar sus posibles mecanismos de le-sión. Proponer las clasificaciones más utilizadas. En la actualidad se concede mu-cha importancia a la actividad fí-sica y a sus beneficios.

  5. ¿QUÉ SON LOS MENISCOS? FIBROCARTÍLAGO ENTRE LOS CÓNDILOS FEMORALES Y LOS PLATILLOS TIBIALES. ¿FUNCIÓN? PROTECCIÓN DEL CARTÍLAGO ARTICULAR. ABSORCIÓN Y TRANSMISIÓN DE CARGA. ESTABILIDAD. INTRODUCCIÓN. MENISCOS. ¿QUÉ GENERA UNA LESIÓN MENISCAL? ALTERACIÓN CINEMÁTICA. AUMENTO DE FUERZAS DE CONTACTO. + RIESGO ARTROSIS PRECOZ.

  6. Ambos meniscos presen-tan un espesor menguante de la periferia hacia el centro y actúan principalmente como estruc-turas fibroelásticas compensatorias de la escasa congruencia articular entre el fémur y la tibia, con el objetivo primordial de evitar el daño del cartíla-go articular.

  7. Actualmente, se conoce que los meniscos son clave para la estabilidad anteroposterior de la rodilla, la distri-bución de la carga axial, la absorción de impactos entre el cartílago articular de la tibia y el fémur, la propiocepción, la lubricación y la distribución de nutrientes para la pro-tección del cartílago articular subyacente(2,3).