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Actualmente se arroja una sospecha sobre esta libido sciendi, que ha devenido una libido dominandi, donde se combinan la valorización legítima del poder y la idolatría del progreso.
Todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, o concupiscencia de los ojos, o bien orgullo de la vida: « libido sentiendi, libido sciendi, libido dominandi ». ¡Desgraciada la tierra de maldición que estos tres ríos de fuego abrasan más que riegan!
23 de oct. de 2020 · This essay contributes to recent debates in the study of the history of sexuality that have developed out of a comparison of a story from Apuleius's Golden Ass and its transformation by Boccaccio in the Decameron.
La curiosidad intelectual como terapia: libido sciendi. Ampliar los marcos conceptuales y movilizar el deseo de comprensión puede resultar terapéutico. Cómo nos expone el pensador Salvador Pániker la autoterapia cognitiva que no absolutiza ningún concepto puede despejar el campo de la conciencia.
¿Habrá sido solo eso a lo que los clásicos llamaban ‘libido sciendi’? ¿Será que no existe la emoción por el saber, por aprender algo nuevo y solo hay morbo y narcisismo? ¿Será solo un involuntario proceso de absorción de información?
“La enseñanza asesina que ha matado en millones de personas las matemáticas, la filosofía, la poesía”. Deja en los maestros de hoy la imperiosa obligación de sembrar “el hambre de significado”, ...
libido sciendi, libido dominandi – proviene de lo que el Evangelio de Juan (2:16) había llamado “deseo de los ojos” ( concupiscentia oculorum ), es decir la tentación de mirar, que convierte en
