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Su objetivo es identificar aquellas competencias parentales que dichos adultos utilizan al relacionarse con su hijo, hija, niño o niña a su cargo, agrupándolas en cuatro áreas: vínculo, formación, protección y reflexión.
Las competencias parentales son el conjunto de conocimientos, actitudes y prácticas de crianza vinculares, formativas, protectoras y reflexivas, aprendidas y actualizadas a partir de una historia y las oportunidades que ofrece la ecología de la parentalidad.
Las competencias vinculares incluyen la mentalización, la sensibilidad parental, la calidez emocional y el involucramiento; las competencias formativas involucran la estimulación del aprendizaje, la orientación y guía, la disciplina positiva y la socialización; las competencias protectoras comprenden las garantías de
Para abordar las competencias parentales, citaremos el Modelo de Intervención Familiar y Parental ODISEA. El cual separa en cuatro esferas las competencias: vinculares, protectoras, formativas y reflexivas.
COMPETENCIAS PARENTALES. Actitud no discriminadora hacia las familias a partir estereotipos vinculados a condiciones de vulnerabilidad (pobreza, delincuencia y drogadicción). Auto reflexividad permanente en relación con sus prácticas y a su quehacer en general.
Las competencias parentales, se comprenden como aquellas facultades y capacidades que adquieren las madres, padres o cuidadores en el ejercicio de la relación, conexión e interacción con la niña, niño o adolescente, propiciando la construcción de entornos protectores que faciliten vivencias familiares encaminadas
Desarrollar estrategias de fortalecimiento de habilidades y actitudes relacionadas con las funciones de la familia y los roles parentales y marentales. Reforzar la comunicación asertiva. Contribuir a mejorar y fortalecer las relaciones entre padres, madres e hijos/as.