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El gallo y la gallina (Gallus gallus domesticus) son la subespecie doméstica de la especie Gallus gallus, una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae procedente del sudeste asiático. Los nombres comunes son: gallo, para el macho; gallina, para la hembra, y pollo, para los subadultos.
Debido a su crianza como animales domésticos de granja, estas criaturas de pico, alas y plumas han limitado su capacidad para volar. A diferencia de los ejemplares machos, las gallinas apenas se acercan a los 40 centímetros de altura y su peso ronda aproximadamente los 2 kilogramos.
La gallina incuba los huevos de diecinueve a veinte días en un agujero somero recubierto de hierba que utiliza como un nido. Sus polluelos son precoces y siguen a su madre al poco de nacer. El gallo protege y alerta al grupo de la presencia de depredadores, como las rapaces.
La gallina, al igual que el gallo, es una subespecie doméstica del Gallus gallus, un ave originaria del continente asiático que forma parte del grupo “galliforme” (los que tienen forma de gallo).
La gallina chilena, también conocida como gallina criolla, es una raza de ave doméstica originaria de Chile. Su historia se remonta a tiempos precolombinos, donde era criada por los nativos como fuente de alimento y para la obtención de sus huevos.
Existen cientos de razas de gallinas muy diferentes en el mundo. Algunas tan extrañas que casi no tienen plumas, y otras en cambio, tienen tantas que parecen otro animal. Las hay que se crían por su carne, otras por su capacidad reproductora y de poner huevos, y otras simplemente ornamentales.
La gallina es uno de los animales domésticos más comunes, pues cada vez más personas prefieren criarlas para consumo. Este simpático animal cuenta con una serie de características que debes conocer si planeas tener una como tu mascota, quieres iniciar tu propio gallinero o bien, si sientes curiosidad sobre ellas.
