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«Tres tristes tigres» es una novela icónica de la literatura latinoamericana escrita por el reconocido autor cubano Guillermo Cabrera Infante. Publicada en 1967, la obra se ha convertido en un referente del boom literario latinoamericano y ha sido objeto de numerosos análisis y estudios críticos.
Tres tristes tigres. Cuatro personajes, cuyas vidas están cruzadas por la mediocridad, se reúnen en un departamento. Rudi, su dueño, un hombre aparentemente elegante, pero que en realidad procura zafarse de sus deudas, tiene a un empleado, Tito, cuyo único objetivo es que Rudi lo ascienda.
En 1967 se estrena en Chile la obra dramática Tres tristes tigres de Alejandro Sieveking. Tan solo un año después es filmada en el mismo país una película homónima por Raúl Ruiz.
Tres tristes tigres: el lenguaje de la búsqueda. Una novela compleja como la que nos propone Cabrera Infante posibilita en su apertura múltiples vías de acceso para una descripción estructural y genérica. Esas múltiples vías de acceso aparecen ya perfiladas en la serie de elementos paratextuales que rodean al texto.
La operación estructural básica de Tres tristes tigres es una gran escisión en el campo del lenguaje que instaura dos series heterogéneas: por un lado, el lenguaje como música, ritmo, canto (fonetismo, sonido), y por otro el lenguaje como letra, juego gráfico, espacial, visual.
El humor en Tres tristes tigres se da en varios niveles o planos. Nosotros distinguimos básicamente tres: un plano situacional, un plano sintáctico o de distribución y, por último, un plano escritural. Veamos brevemente en qué consiste cada uno de ellos.
Tres tristes tigres. Realizada en 1968, la película es una adaptación libre de la obra homónima del dramaturgo chileno Alejandro Sieveking. Fotografiada por Diego Bonanzina, la película es protagonizada por Nelson Villagra, Shenda Román, Jaime Vadell y Luis Alarcón.
