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  1. El jinete del caballo blanco. 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa ...

  2. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.

  3. Según la interpretación de Edward Bishop Elliott de los Cuatro Jinetes como profecía simbólica de la historia del Imperio Romano, el segundo sello se abre y la nación romana que experimentó alegría, prosperidad y triunfo es sometida al caballo rojo que representa la guerra y el derramamiento de sangre, la guerra civil.

  4. 2 de mar. de 2018 · El color rojo de su caballo representa la sangre derramada en el campo de batalla. Él lleva la gran espada, que representa la batalla y la lucha. El caballo rojo también se dice que representa el planeta Marte, el planeta del Dios de la guerra. El Caballo Negro – Hambruna

  5. Las trompetas. 6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

  6. Hace 1 día · Robaron y carnearon a un caballo que asistía a nenes en tratamientos de equinoterapia. Ocurrió en la ciudad de Catriel en Río Negro. El animal de nombre Carlitos cumplía una función vital en la vida de niños que precisaban de este tipo de acompañamiento específico. 06 de julio 2024, 11:18hs.

  7. La simbología lorquiana en Bodas de Sangre. Bodas de sangre es una de las obras más conocidas de Lorca, donde nos cuenta la historia de dos familias con desgracias pero cuyos hijos se van a unir en un matrimonio, a pesar de que entre ellos no hay realmente un amor.