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Lot huye de Sodoma - Entonces los dos hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar; porque vamos a ...
- Génesis 20
Abraham y Abimelec - Y Abraham partió de allí hacia la...
- Génesis 20
19 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, 2 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y ...
19 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, 2 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y ...
Al caer la tarde, dos de los ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, y en cuanto los vio se levantó para saludarlos. Sin levantar la vista, se inclinó ante ellos en señal de respeto, y les dijo: —Señores, estoy para servirles. Yo les ruego que vengan a mi casa.
A pesar de sus fracasos y las consecuencias de sus decisiones, Lot demostró perseverancia en su fe al seguir a Dios y salir de Sodoma. Aunque su vida estuvo marcada por dificultades, Lot aún era considerado justo ante los ojos de Dios ( 2 Pedro 2:7-8 ).
Miró hacia Sodoma, Gomorra y todo el valle, y vio que salía humo de la tierra, como el humo que sale de un horno. Cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se ocupó de Abraham y libró a Lot al sacarlo del desastre.
1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, 2 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y ...