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  1. Después del amor. [Poema - Texto completo.] Vicente Aleixandre. Tendida aquí, en la penumbra del cuarto, como el silencio que queda después del amor, yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo. hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen. Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir. retraído.

  2. Hundido en ti, besado del azul poderoso y materno, mis labios sumidos en tu celeste luz apurada sientan tu roce meridiano, y mis ojos ebrios de tu estelar pensamiento te amen, mientras así peinado suavemente por el soplo de los astros, mis oídos escuchan al único amor que no muere. Después del amor. Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto,

  3. DespuÉs del amor. Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008. Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto, como el silencio que queda después del amor, yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo. hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen.

  4. Después del amor de Vicente Aleixandre. Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto, como el silencio que queda después del amor, yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo. hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen. Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir. retraído.

  5. Después del amor de Vicente Aleixandre. Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto, como el silencio que queda después del amor, yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo. hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen. Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir. retraído.

  6. Despues del amor - Vicente Aleixandre. Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto, como el silencio que queda después del amor, yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo. hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen. Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir retraído.

  7. 5 de ene. de 2022 · sólo cuando desprendidos de sus lumbres deshechas. la miramos, reconocemos perfecta, cuajada, reciente la vida, la silenciosa y cálida vida que desde su dulce exterioridad nos llamaba. He aquí el perfecto vaso del amor que, colmado, opulento de su sangre serena, dorado reluce.