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En una segunda línea, relacionada con los aspectos funcionales, destaca Le Corbusier y la Máquina de habitar (1920), reduciendo funcional y económicamente la vivienda, a lo estrictamente necesario, ocasionando pasillos y almacenes como los de los trasatlánticos,
En la Unidad de Habitación de Marsella, se produce un acercamiento mayor a la analogía del transatlántico como metáfora creativa, pues Le Corbusier, tras observar el Great Eastern, desarrolló su paquetobe arquitectónico como células habitables.
En páginas y páginas, Le Corbusier explica la alegría que sintió al observar fenómenos naturales como la condensación del agua en el cielo, la grandiosidad de las cadenas montañosas y de los estuarios de los ríos, anchos como océanos.
Las barandillas tubulares blancas recuerdan la estética industrial de «transatlántico» que tanto admitaba Le Corbusier. La entrada de coches alrededor de la planta baja, con su trayectoria semicircular, mide el radio de giro exacto de un automóvil Citroën de 1927.
1929, Primer intercambio transatlántico El “intercambio transatlántico” del Plan de Buenos Aires comienza con la visita de Le Corbusier a Buenos Aires en 1929. Geográficamente desplazado durante más de dos meses de Europa a América, su viaje y sus conferencias se transforman en una visión de síntesis para Buenos Aires. El
Le Corbusier se centra aquí en la crítica implacable hacia la arquitectura académica y toma su fuerza de la convicción de una necesidad absoluta y urgente de renovación constructiva, cuyas...
16 de mar. de 2020 · Conoce quién fue Charles-Édouard Jeanneret-Gris, mejor conocido como Le Corbusier y cómo unió el arte con las matemáticas para revolucionar la arquitectura.
