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  1. EDGAR ALLAN POE EL CORAZON DELATOR ¡Es verdad! Soy nervioso, terriblemente nervioso. Siempre lo he sido y lo soy, pero, ¿podría decirse que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, no los había destruido ni apagado. Sobre todo, tenía el sentido del oído agudo. Oía todo sobre el cielo y la tierra. Oía muchas cosas del ...

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    EL CORAZÓN DELATOR Edgar Allan Poe (Traducción Julio Cortázar) ¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos.

  3. El corazón delator —en inglés original The Tell-Tale Heart— es un cuento del escritor estadounidense Edgar Allan Poe clasificado en la narrativa gótica, publicado por primera vez en el periódico literario The Pioneer, del amigo de Poe, James Russell Lowell, en enero de 1843. [1]

  4. El corazón delator (The Tell-Tale Heart) es uno de los cuentos más famosos del escritor norteamericano Edgar Allan Poe. En breves páginas, sumerge al lector en la mentalidad de un asesino y cuenta una historia que traspasa las fronteras del tiempo al tratar un tema universal: la culpa.

  5. El corazón delator es un cuento de terror escrito por Edgar Allan Poe y publicado en 1843. Nos encontramos ante una historia narrada por el propio protagonista en la cual desde el primer momento observamos que no es una persona normal.

  6. «El corazón delator», publicado en 1843 en la revista «The Pioneer», es uno de los cuentos más reconocidos de Edgar Allan Poe. La narración se centra en un hombre que, impulsado por una obsesión con el ojo de un anciano con quien convive, decide cometer un acto atroz.

  7. Edgar Allan Poe El corazón delator ¡Es verdad! Soy muy nervioso, horrorosamente nervioso, siempre lo fui, pero, ¿por qué pretendéis que esté loco? La enfermedad ha aguzado mis sentidos, sin destruirlos ni embotarlos. Tenía el oído muy fino; ninguno le igualaba; he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra, y no pocas del infierno.