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  1. Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, Y por las carreteras. De soleado polvo. -O de luna olivácea-. Corría en río sangre ya fangosa. Y en las alcantarillas invisibles. El sangriento caudal era humillado. Por las heces de todos.

  2. Fue uno de los máximos representantes de la poesía pura y las formas clásicas en la lírica. A continuación reproduzco La sangre al río, de Jorge Guillén.

  3. Río. ¡Qué serena va el agua! Silencios unifica. Espadas de cristal. a la deriva esquivan, ¡lenta espera!, sus filos: el mar las necesita. Pero un frescor, errante, por el río extravía.

  4. Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, y por las carreteras de soleado polvo o de luna olivácea corría en río sangre ya fangosa y en las alcantarillas invisibles el sangriento caudal era humillado por las heces de todos.

  5. Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, Y por las carreteras. De soleado polvo. —O de luna olivácea—. Corría en río sangre ya fangosa. Y en las alcantarillas invisibles. El sangriento caudal era humillado. Por las heces de todos.

  6. Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, Y por las carreteras De soleado polvo —O de luna olivácea—

  7. La sangre al río. Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, Y por las carreteras. De soleado polvo. —O de luna olivácea—. Corría en río sangre ya fangosa. Y en las alcantarillas invisibles. El sangriento caudal era humillado.