Resultado de búsqueda
Edgar Allan Poe (1809 - 1849) Juro por mi alma que no puedo recordar cómo, cuándo ni siquiera dónde conocí a Ligeia. Largos años han transcurrido desde entonces y el sufrimiento ha debilitado mi memoria. O quizá no puedo rememorar ahora aquellas cosas porque, a decir verdad, el carácter de mi amada, su raro saber, su belleza singular y ...
The Lady Ligeia is the central figure in the story, a woman whose dark but wan features and intense personality perfectly suit the Romantic image of the mysterious Gothic woman. She comes from an old city that lies near the Rhine, a river that flows primarily through Germany, the origin of the Gothic story. ...
Edgar Allan Poe’s short story “Ligeia” begins with the narrator admitting that he “cannot, for my soul, remember how, when, or even precisely where, I first became acquainted with the lady ...
Pero ya no estaba allí, y, respirando con más libertad, volví la mirada a la pálida y rígida figura tendida en el lecho. Entonces me asaltaron mil recuerdos de Ligeia, y cayó sobre mi corazón, con la turbulenta violencia de una marea, todo el indecible dolor con que había mirado su cuerpo amortajado.
Comes down with the rush of a storm, And the angels, all pallid and wan, Uprising, unveiling, affirm That the play is the tragedy, “Man,”. And its hero the Conqueror Worm. “O God!” half shrieked Ligeia, leaping to her feet and extending her arms aloft with a spasmodic movement, as I made an end of these lines—“O God!
8 de mar. de 2018 · Resumen de Ligeia. La novela inicia con el esposo de Ligeia, aquel que se le desconoce el nombre y el narrador de la historia. Va nombrando las cualidades de la belleza que tiene como esposa, tales como su apariencia exótica y su inteligencia; así como el lugar donde se conocieron, que fue en un río importante de Europa llamado Rin.
Comes down with the rush of a storm, And the angels, all pallid and wan, Uprising, unveiling, affirm. That the play is the tragedy, “Man,”. And its hero the Conqueror Worm. “O God!” half shrieked Ligeia, leaping to her feet and extending her arms aloft with a spasmodic movement, as I made an end of these lines—“O God!
